lunes, 14 de septiembre de 2009

MISIÓN Y CONTEMPLACIÓN

REFERENCIA TEORICAS
DISCIPLINARES
"Por gracia de Dios, estamos reunidos hoy como hermanos y hermanas menores para aventurarnos a soñar y hacer realidad nuestra vocación misionera y evangelizadora, guiados por el Espíritu del Señor y la memoria profética de nuestro seráfico Padre San Francisco, en el marco celebrativo de los 800 años de “la gracia de los orígenes” y en comunión con la Iglesia de América latina, que reunida en aparecida Brasil, nos abre el camino y nos impulsa a buscar nuevos areópagos para que nosotros siendo discípulos y misioneros de Jesucristo, nuestros pueblos en Él tengan vida.Del mandato de Jesucristo, de la tradición de la Iglesia y del testimonio de nuestros profetas y fundadores, sentimos que la raíz de nuestra vocación consiste en seguir las huellas de Jesucristo. De ahí brota nuestra vocación y misión evangelizadora que da su razón de ser a nuestra experiencia como franciscanos y franciscanas. Misión, que prolonga la vocación de Jesús, el enviado del Padre, que anima nuestra opción misionera y evangelizadora, que nos inserta en el mundo para ser enviados, por el don de la gracia del Espíritu Santo, a vivir y proclamar el Santo Evangelio, en comunión con toda la Iglesia misionera y profética.
La “evangelización es la dicha y la vocación propia de la Iglesia (cf. EN 14). Nace de la entrañable solidaridad de Dios con el género humano y con la historia. El cristianismo busca prolongar con creatividad, en cada momento histórico, la misión del Hijo, que bajo la acción del Espíritu, trajo la alegría del Reino. En esta línea de volver a lo esencial de nuestra espiritualidad franciscana, hemos recordado que “nuestro claustro es el mundo”. (cf.. SC 63) y que con el mundo y las criaturas que en el viven tenemos compromisos radicales de vida y de liberación (cf. El Señor os dé la paz No.37).
Por esta razón de fe y de gracia, los hermanos menores somos misioneros y evangelizadores por vocación, “vivificados por el Espíritu del Señor y en conformidad con el Santo Evangelio” y nos entregamos, estemos donde estemos, a la evangelización y a la misión profética, comprometidos con todos los hombres y criaturas y en particular con los más pobres y marginados de nuestra sociedad.




REFERENCIA TEORICAS
PEDAGOGICAS
Llenar la tierra con el evangelio de Cristo) nos propone algunas pautas para el compromiso del hermano menor en la animación de la misión y la evangelización en clave franciscana, que me atrevo ahora a recordar:En este proyecto se tienen en cuenta el enfoque interestructuralista del conocimiento, “que se basa en los aportes de la epistemología genética, donde se considera que la adquisición del conocimiento no se encuentra, sólo en el sujeto o sólo en el objeto, sino en la interacción entre ambos. En esta situación el docente participa como facilitador o coordinador de los aprendizajes. Se destacan en este estilo las técnicas de grupos operativos, que propician grandemente la interacción, como recurso para el desarrollo de los procesos cognoscitivos y los procesos de socialización del conocimiento y del individuo”




ACTIVIDADES REALIZADAS

"1. Lectura atenta a los signos de los tiempos:
Tenemos la imperiosa necesidad de situarnos, con una escucha atenta a los signos de los tiempos, en el momento actual de la historia: en este tiempo de la “razón” y de la “producción”, de crisis de la calidad de vida, en que la Orden siente el reto a buscar nuevos caminos, adecuados a las nuevas situaciones a las que nos convoca el “Espíritu del Señor y su santa operación”

2. Vida de Comunión en fraternidad:
Tenemos que hacer de la vida de comunión en fraternidad, una forma original de evangelización y, por tanto, convirtiéndola en fraternidad evangelizadora; y en la Iglesia, cuyo fervor misional y “alegría en el Espíritu” nos anima a una evangelización “nueva en su fervor, en sus métodos y en su expresión”

3. Discernimiento en la misión y la evangelización:
La labor evangelizadora de los hermano menores, exige concretar algunos imperativos, prioridades y puntos que deben ser objeto de un particular discernimiento, así como las perspectivas que se tengan para el futuro. La actividad evangelizadora nos pide que la realicemos con esperanza, insertos en el corazón de la humanidad, encarnados en sus diferentes culturas, empeñados en grandes causas y en camino del reino definitivo.

4. El Evangelio, centralidad de nuestra misión.
La evangelización es el anuncio del reino de Dios, elemento central de la alegre Noticia y de la misión de Jesús. Este anuncio define la esencia de la Iglesia, cuya intimidad se explicita en la misión de evangelizar. De hecho, Jesús llama a sus discípulos desde el principio de su vida publica, y los envía a anunciar la llegada del Reino.

5. La evangelización razón de nuestra vocación y misión:
Y del mismo modo que la evangelización es la “vocación propia de la Iglesia, su identidad mas profunda (cf. EN 14b), así también ella es la “razón de ser de la Orden”. Como miembros de una fraternidad evangelizadora, los hermanos menores, hemos sido convocados para testimoniar con la vida y con la palabra el Reino de Dios, presente en la historia y en el mundo, y para cooperar en su continua realización. Así es como seguimos las huellas de nuestro Señor Jesucristo, puesto que hemos sido llamados a continuar “ante todo su misión y su condición de evangelizadora” (cf. EN 15c).
Por otra parte, nuestro compromiso en la animación de la misión y la evangelización como hermanos menores nos pone en comunión con la Iglesia de América Latina y del Caribe, que nos invita a construir una iglesia “presente, cercana a las personas y de brazos abiertos. Así se propone ser la Iglesia en América Latina y del Caribe, al emprender en Aparecida una nueva etapa en la Evangelización de los pueblos y a declararse en estado de misión permanente.



LOGROS

"Iglesia que se hace discípula
Al terminar este encuentro, los participantes anuncian que han “asumido el desafío de trabajar para darle un nuevo impulso y vigor a nuestra misión y ante los desafíos que plantea esta nueva época, la V Conferencia ha renovado su fe, proclamando que Jesús es el camino “que nos permite descubrir la verdad y lograr la plena realización de nuestra vida” y que “nuestra mayor alegría es ser discípulos suyos”.


ASPECTOS POR MEJORAR

POR EL MOMENTO NO TENEMOS INCOVENIENTES PORQUE ES UN GRUPO MUY DINÁMICO, QUE PARTICIPA Y ASUME MUY BIEN LOS COMPROMISOS PROPUESTOS EN EL DESARROLLO DE NUESTRO PROYECTO

martes, 8 de septiembre de 2009

VOCACIÓN DE FRANCISCO DE ASIS



EL PROCESO VOCACIONAL DE FRANCISCO DE ASÍS
LOS SEIS ENCUENTROS QUE DETERMINARON SU VIDA

REFERENCIA TEÓRICA DISCIPLINAR
A la pregunta: ¿cómo presentar la vocación de Francisco de Asís a los jóvenes?, se pueden dar varias respuestas, según el punto de partida. Si se pretende partir de las antiguas fuentes hagiográficas, creemos que es necesario cambiar los términos de la pregunta, más o menos así: ¿cómo presentan las fuentes biográficas la vocación del joven Francisco de Asís? El estudio de las fuentes desde esa perspectiva nos permite descubrir un amplio panorama en el que se pueden detectar los grandes pasos de la vocación inicial del santo de Asís como un singular proceso, en el que se entrelazan la iniciativa amorosa de Dios y la respuesta decidida del hombre. Se trata de un estudio que no sólo nos coloca frente a una de las vocaciones más espectaculares de la historia humana sino que, además, suele ser un ejercicio estimulante para cualquier persona, pero de manera muy especial para los jóvenes de hoy y de siempre, pues en el caso del Pobrecillo se conjugan su alto grado de autenticidad con otros valores humanos que cautivan a las nuevas generaciones.
En nuestra reflexión daremos preferencia a las fuentes hagiográficas más primitivas y, dentro de éstas, a las que ofrecen más datos sobre la juventud de Francisco, en particular la llamada Leyenda de los tres Compañeros (TC) que, según la opinión de Raoul Manselli, recupera el período asisiense o juvenil del santo, del cual no quedaron suficientes testimonios en la Vida primera (1 Cel) escrita por Tomás de Celano, tal vez porque el autor no tuvo el tiempo suficiente, o quizá por el enfoque hagiográfico que le quiso dar a su obra. Tal laguna se nota también en las «vidas» que de alguna forma están en relación con ella (en especial la Vita escrita por Julián de Spira y la Legenda versificata de Enrique d’Avranches). De todas maneras tendremos en cuenta las dos «vidas» escritas por el proto-biógrafo y en ciertos casos centraremos también nuestra atención en algunos pasajes de la Leyenda Mayor (LM) de San Buenaventura, dado el valor que tienen las reflexiones del Doctor Seráfico.
La vocación inicial de Francisco o, para ser más exactos, la respuesta que él dio en un primer momento a la llamada que el Señor le hizo, se llevó a cabo durante un proceso lento, en el cual se pueden distinguir seis momentos sucesivos de gran significado, cada uno de los cuales es identificable con un encuentro que resultó determinante en su proceso vocacional, en cuanto aportó un elemento nuevo a su visión de la vida o significó un cambio fundamental en la misma. Los encuentros son los siguientes: 1) consigo mismo; 2) con los pobres; 3) con el leproso; 4) con el Crucifijo; 5) con el Evangelio; 6) con los hermanos.
Aquí daremos una cierta importancia particular al primer paso del proceso, el encuentro consigo mismo, en cuanto constituye, según nuestra modesta opinión, el que más relación tiene con la primera etapa del discernimiento vocacional, la conocida como «pastoral de las evangelizadora». En el contexto de los grupos inscritos.

DESCRIPCIÓN DE ACTIVIDADES
Como primera medida se le dio la bienvenida a los participantes del grupo, tanto nuevos como antiguos; posteriormente iniciamos con la oración y se hizo un recorrido por la temática vista el sábado anterior, a saber la Película Francesco. Luego, se les habló sobre del contexto y la intencionalidad como de las fuentes del autor palpables en la película, y por último pasamos a trabajar en los momentos que marcaron la vocación de Francisco de Asís. Y para terminar compartimos con el grupo sobre impresiones, dudas, aspectos relevantes que nos ayudaban a comprender el legado de Francisco de Asís por medio de un taller.
REFERENCIA TEÓRICA PEDAGÓGICA
Para esta temática consideramos necesario basarnos en el enfoque interestructuralista del conocimiento, “que se basa en los aportes de la epistemología genética, donde se considera que la adquisición del conocimiento no se encuentra, sólo en el sujeto o sólo en el objeto, sino en la interacción entre ambos. En esta situación el nosotros participamos como facilitadores o coordinadores de los aprendizajes. Se destacan en este estilo las técnicas de grupos operativos, que propician grandemente la interacción, como recurso para el desarrollo de los procesos cognoscitivos y los procesos de socialización del conocimiento y del individuo”.
PRIMER ENCUENTRO: CONSIGO MISMO
No existe en las fuentes hagiográficas un único episodio que narre el encuentro de Francisco consigo mismo. Siguiendo el normal proceder de la psicología humana, también en el caso del hijo de Pedro de Bernardone se dio un proceso lento, que no es afrontado de manera explícita por los hagiógrafos, pero que se nota en la búsqueda creciente de momentos de soledad reflexiva, en varios gestos que denotan una situación interior de mayor ponderación y de una diversa toma de posición frente a su presente y su futuro. Este gradual proceso de interiorización se puede ver en diversos episodios de su vida; aquí resaltamos sólo algunos, ocurridos durante su juventud.
En el comportamiento de Francisco cuando se hallaba prisionero en la cárcel de Perusa, podemos descubrir uno de los primeros signos de que en su corazón se estaban dando algunos cambios fundamentales. A decir verdad, sobre su permanencia en esta cárcel no existen muchos datos en las primitivas fuentes. Los más abundantes son los que nos da la Leyenda de los tres Compañeros, en donde se afirma que fue colocado junto con los caballeros, dado que era noble por sus costumbres (quia nobilis erat moribus), y se narra un episodio de gran interés en estos términos: «Un día en que sus compañeros de cautiverio estaban tristes, él, que por naturaleza era alegre y jovial, lejos de aparecer triste, se mostraba gozoso. Por ello uno de los compañeros lo reprochó como si fuese un insensato, pues se alegraba estando encarcelado. A esto respondió Francisco con voz firme: “¿Qué pensáis de mí? Todavía he de ser honrado en el mundo entero”» (TC 4).

SEGUNDO ENCUENTRO: CON LOS POBRES
El segundo momento del camino vocacional de Francisco está caracterizado por la salida de sí mismo y la apertura al mundo de los otros, en particular al de los pobres. También aquí se da un proceso que comienza con el rechazo de ellos, pasa por una actitud paternalista y culmina en su identificación con los pobres. Las fuentes biográficas nos ofrecen varios datos, de los cuales tendremos en cuenta los más importantes.
Es muy sintomático que desde su primera página, después de una breve presentación del nacimiento de Francisco, la Leyenda de los tres Compañeros lo coloque en relación con los pobres. En efecto, cuando el texto traza su semblanza psicológica lo describe como un joven adornado con varias virtudes naturales, sobre todo con la cortesía en sus palabras y modales y su alegría (cf. TC 3). Más aún, es un joven que es capaz de reconocer sus cualidades y que quiere ponerlas al servicio de los pobres: «De este nivel de virtudes naturales fue elevado al de la gracia, pudiendo decirse a sí mismo: “Pues eres generoso y afable con los hombres, de los cuales nada recibes, sino favores transitorios y vanos, justo es que por amor de Dios, que es generosísimo en dar la recompensa, seas también generoso y afable con los pobres”. Y desde entonces veía con satisfacción a los pobres y les daba limosna abundantemente» (TC 3). Con estas palabras la Leyenda de los tres Compañeros no sólo destaca en su amor a los pobres una manifestación de su buena índole, sino que indica un primer paso en su apertura hacia ellos, o sea que los ve con satisfacción.
TERCER ENCUENTRO: CON LOS LEPROSOS
El encuentro con el leproso es uno de los episodios más hermosos de la vida de Francisco desde el punto de vista hagiográfico. Con frecuencia es tenido en cuenta sólo desde su dimensión dramática, por lo cual ha sido un recurso obligado para los narradores de todos los géneros y aun para los pintores. Pero su valor y su significado van mucho más allá de lo pintoresco. En efecto, fue tal la incidencia que tuvo en la vocación de Francisco, que se constituyó en un factor determinante de su respuesta a la llamada del Señor y le dio un matiz específico a su espiritualidad. Podría ser considerado como un complemento de su encuentro con los pobres, pero merece ser tratado de forma independiente a causa de los aspectos nuevos que aporta al proceso vocacional del santo.
El famoso episodio del beso al leproso es contado por cuatro de las más primitivas fuentes hagiográficas, aunque con algunas variantes entre ellas que marcan en un cierto sentido la interpretación del hecho, dándole un significado cada vez más místico o sobrenatural. Siguiendo nuestra propuesta metodológica, tomamos como punto de referencia la narración de la Leyenda de los tres Compañeros, la cual dice que, «yendo Francisco un día a caballo por las afueras de Asís, se cruzó en el camino con un leproso. Como el profundo horror por los leprosos era habitual en él, haciéndose una gran violencia, bajó del caballo, le dio una moneda y le besó la mano. Y habiendo recibido del leproso el ósculo de paz, montó de nuevo a caballo y prosiguió su camino» (TC 11). Para la Leyenda de los tres Compañeros el relato tiene una dinámica en cuatro momentos: a) Francisco va a caballo y se cruza con el leproso; b) baja del caballo, le da una moneda y le besa la mano; c) recibe un beso del leproso y monta de nuevo a caballo; d) sigue su camino. En la Vida primera de Celano el relato es de una gran simplicidad: a) Francisco se encuentra con el leproso; b) se llega a él y lo besa (cf. 1 Cel 17). La Vida segunda de Celano sigue más de cerca el esquema de la Leyenda de los tres Compañeros, pero agrega un elemento misterioso; en efecto: a) Francisco va a caballo y se cruza con un leproso; b) baja del caballo y lo besa; c) le da limosna y le besa la mano; d) monta el caballo y el leproso desaparece (cf. 2 Cel 9). La Leyenda Mayor (cf. LM 1,5) sigue el mismo esquema de la 2 Cel.
CUARTO ENCUENTRO: CON EL CRUCIFICADO
Después de narrar el encuentro de Francisco con el leproso en las cercanías de Asís, Buenaventura hace referencia a un primer encuentro con Cristo, en el contexto de un momento inicial de oración y discernimiento del joven convertido. Dice que «mientras un día oraba totalmente aislado y debido al gran fervor en que estaba absorto en Dios, se le apareció Cristo Jesús como un crucificado. A su vista quedó su alma derretida y el recuerdo de la pasión de Cristo se imprimió de tal manera en lo más íntimo de su corazón que, desde aquel momento, cuando le venía a la memoria la crucifixión de Cristo, con dificultad podía contener externamente las lágrimas y los gemidos, como él mismo más tarde lo declaró confidencialmente, cuando se acercaba a la muerte» (LM 1,5). Ninguna de las otras fuentes hagiográficas hace mención de este encuentro y no sabemos de dónde lo haya tomado el autor de la Leyenda Mayor. De todas maneras, aunque tuviese un significado más místico que histórico, es importante tener en cuenta que en esta visión Cristo aparece bajo una dimensión kenótica, y que es colocada inmediatamente después del episodio del encuentro con el leproso.
Pero el encuentro con Cristo en el cual concuerdan las más importantes fuentes y que constituyó otro de los momentos determinantes del proceso vocacional de Francisco es el ocurrido en la iglesita de San Damián. La Leyenda de los tres Compañeros narra así la parte central de este encuentro: «Cuando caminaba cerca de la iglesia de San Damián, le fue dicho en el espíritu (dictum est illi in spiritu) que entrara a orar en ella. Luego que entró se puso a orar fervorosamente ante una imagen del Crucificado, que piadosa y benignamente le habló así: “Francisco, ¿no ves que mi casa se derrumba? Anda, pues, y repárala”. Y él, con gran temblor y estupor, contestó: “Con gusto lo haré, Señor”. Entendió que se le hablaba de aquella iglesia de San Damián, que, por su vetusta antigüedad, amenazaba inminente ruina. Después de esta conversación quedó iluminado con tal gozo y claridad, que sintió realmente en su alma que había sido Cristo crucificado el que le había hablado» (TC 13). Un poco más adelante el texto agrega: «Desde ese momento quedó su corazón llagado y derretido de amor ante aquel recuerdo de la pasión del Señor, de modo que mientras vivió llevó siempre en su corazón las llagas del Señor Jesús, como después apareció con toda claridad en la renovación de las mismas llagas admirablemente impresas en su cuerpo y comprobadas con absoluta certeza» (TC 14). El capítulo V de la Leyenda de los tres Compañeros termina con estas palabras: «Desde la visión y alocución de la imagen del crucifijo, fue hasta su muerte imitador de la pasión de Cristo» (TC 15). La dinámica del relato se puede sintetizar en cinco pasos: a) Francisco, siguiendo una moción interior, entra en la iglesita de San Damián; b) ora ante la imagen del Crucificado; c) diálogo entre el Crucificado y Francisco; d) Francisco interpreta el mandato como la reparación de la iglesia material; e) consecuencias del encuentro con Cristo: gozo interior, convicción de que era Cristo quien le había hablado, su corazón quedó llagado por el recuerdo de la pasión del Señor.
QUINTO ENCUENTRO: CON EL EVANGELIO
El encuentro de Francisco con el Evangelio presenta algunas dificultades históricas, en cuanto las fuentes biográficas relatan dos episodios relacionados con el Evangelio que resultaron determinantes para su vocación: uno en la iglesita de la Porciúncula, narrado por tres fuentes (TC 25, 1 Cel 22, LM 3,1), y otro en la iglesia de San Nicolás, cerca del mercado de Asís, narrado por cuatro (AP 11, TC 29, 2 Cel 15, LM 3,3). El primero tiene como protagonista sólo a Francisco y se refiere a un texto de misión (Mt 10,9-10; Lc 9,3; 10,4); en el segundo intervienen, junto al santo, sus primeros compañeros, y se refiere a tres textos evangélicos relacionados con el seguimiento de Cristo (Mt 19,21; Lc 9,3; Mt 16,24) que son de carácter fundacional, en cuanto constituyen el núcleo mismo de la vida religiosa.
Sin entrar aquí en discusiones de carácter histórico, en principio pensamos que el uno no excluye al otro, pues no hay entre ellos oposición intrínseca; al contrario, creemos que son complementarios y tal vez por ese motivo fueron asumidos ambos por la Leyenda de los tres Compañeros y la Leyenda Mayor. En este estudio damos primacía el encuentro ocurrido en la Porciúncula, no sólo porque es el que al parecer tiene la prioridad cronológica, sino porque contiene una gran fuerza en la dinámica narrativa y porque marca un paso de gran importancia en el proceso vocacional de Francisco.
Fieles al criterio metodológico seguido en los pasos anteriores, partimos del relato que hace la Leyenda de los tres Compañeros: «Cuando el bienaventurado Francisco acabó la obra de la iglesia de San Damián, vestía hábito de ermitaño, llevaba bastón y calzado y se ceñía con una correa. Habiendo escuchado un día en la celebración de la misa lo que dice Cristo a sus discípulos cuando los envía a predicar, es decir, que no lleven para el camino ni oro ni plata, ni alforja o zurrón, ni pan ni bastón, y que no usen calzado ni dos túnicas, y como comprendiera esto más claro por la explicación del sacerdote, dijo transportado de indecible júbilo: “Esto es lo que ansío cumplir con todas mis fuerzas”. Y, grabadas en su memoria cuantas cosas había escuchado, se esforzó en cumplirlas con alegría, se despojó al momento de los objetos duplicados y no usó en adelante de bastón, calzado, zurrón o alforja; haciéndose una túnica muy despreciable y rústica, abandonada la correa, se ciñó con una cuerda. Adhiriéndose de todo corazón a las palabras de la nueva gracia y pensando en cómo llevarlas a la práctica, empezó, por impulso divino, a anunciar la perfección del Evangelio y a predicar en público con sencillez la penitencia. Sus palabras no eran vanas ni de risa, sino llenas de la virtud del Espíritu Santo, que penetraba hasta lo más hondo del corazón y con vehemencia sumían a los oyentes en estupor» (TC 25).
SEXTO ENCUENTRO: CON LOS HERMANOS
El encuentro de Francisco con los hermanos está en estrecha relación con el precedente, pero tiene características propias y es significativo no sólo porque perfecciona su proceso vocacional sino también porque le aporta uno de los elementos que especificarán su carisma en la Iglesia. Es narrado por las más importantes y antiguas fuentes hagiográficas, pero no de forma sistemática porque, entre otras cosas, los primeros hermanos no llegaron todos a la vez, sino poco a poco. Sobre los primeros compañeros existen algunos problemas no resueltos por los documentos primitivos, porque sólo se sabe el orden de llegada de algunos de ellos, porque los hagiógrafos no coinciden en los mismos nombres y porque sólo es posible reconstruir los nombres de ocho, mientras varias fuentes dicen que eran once o doce los que, junto con Francisco, se presentaron ante el Papa para pedirle la aprobación de la forma de vida. No es nuestra intención afrontar aquí estos problemas. Nos reduciremos a los momentos más significativos, a través de los cuales se puede ver con claridad cómo el joven convertido asume la presencia de los hermanos en su vida y se decide a fundar una Fraternidad u Orden. En este caso no analizaremos un episodio en particular, sino que señalaremos los pasos que fueron conformando esta etapa culminante del proceso vocacional del santo.
La primera cosa que anotan las fuentes es que la llegada de los primeros hermanos es motivada por el testimonio de vida de Francisco. «Cuando fueron conociendo ya muchos la verdad tanto de la doctrina sencilla cuanto de la vida del bienaventurado Francisco, hubo algunos que, después de dos años de su conversión, comenzaron a animarse a seguir su ejemplo de penitencia, y, despojados de todos sus bienes, se adhirieron a él con el mismo hábito y en el mismo género de vida. El primero de todos fue el hermano Bernardo, de santa memoria. Considerando la constancia y fervor con que el bienaventurado Francisco servía a Dios, a saber, cómo restauraba con tanto trabajo iglesias derruidas y llevaba una vida tan rigurosa, en contraposición a las delicadezas con que había vivido en el mundo, resolvió en su corazón repartir todo lo que tenía a los pobres y seguirle con firmeza en su vida y modo de vestir» (TC 27). Los mismos elementos se encuentran en las otras fuentes hagiográficas: AP 10; 2 Cel 15; LM 3,3; parcialmente también en 1 Cel 24. La mayoría de ellas insisten en que los primeros compañeros eligen vivir en penitencia y se unen a Francisco «en el hábito y en la vida» (habitu vitaque). Con ello están refiriéndose a aspectos muy importantes que hacen de la vida elegida un proceso de conversión entendido como vida religiosa, en lo que es llamado por las mismas fuentes una Ordo o Religio.
LOGROS
El grupo estuvo muy abierto a las propuestas hechas de los encuentros que marcaron la vocación de Francisco de Asís; así, al concluir el análisis de los pasajes biográficos que se refieren al proceso vocacional de Francisco de Asís, conviene dar una mirada de conjunto a los seis momentos más representativos de ese proceso, para insinuar algunos de los resultados que más incidencia podrían tener en la llamada pastoral de las vocaciones y que podrían servir a quienes se ocupan de esta tarea como punto de partida para una reflexión posterior.
Lo primero que se debe destacar es la coincidencia sustancial de las diversas fuentes sobre el proceso vocacional de Francisco. No obstante haber sido escritas en momentos diferentes por diversos autores y a pesar de los factores que influyeron en el enfoque de cada una de ellas, no se nota contradicción en los datos fundamentales que suministran.
La vocación inicial de Francisco ofrece un cuadro estupendo por la nitidez de los pasos dados y porque presenta en su conjunto los grandes elementos que deben formar parte de un proceso vocacional. Los aspectos pintorescos y dramáticos que se encuentran en varios de los episodios no interfieren el valor paradigmático que de suyo ofrecen para un joven común y corriente; al contrario, pueden ser estímulos de un sano idealismo y, sobre todo, ilustran muy bien los pasos que se pueden dar.
Los pasos del proceso no son necesariamente sucesivos; más aún, no siempre todos ellos son presentados por cada uno de los hagiógrafos ni con la misma progresión cronológica, pero estas diferencias no alteran el proceso como tal que, de todas maneras, conserva en su conjunto el dinamismo de los grandes momentos. Más que sucesivos, los encuentros son progresivamente simultáneos y en su conjunto presentan una inter-relación dialéctica.

SUGERENCIAS
El grupo es muy activo lo que nos permite trabajar con ellos las temáticas programadas sin mayores inconvenientes. Realmente es un grupo muy receptivos.

jueves, 3 de septiembre de 2009

PROYECTO EL LEGADO DE FRANCISCO DE ASÍS



OCHOCIENTOS AÑOS DEL CARISMA FRANCISCANO
Una mirada a la vida de Francisco y su legado
(Formación en espiritualidad franciscana para seglares)


Descripción:

La celebración del octavo centenario de los comienzos del carisma franciscano 1209-2009 es para nosotros, franciscanos, una ocasión para “hacer memoria” de nuestros orígenes, volviendo la mirada a S. Francisco de Asís para retomar con nuevas energías, en la vida de nuestra Orden y en la de cada uno de nosotros, “el destello inspirador con que se comenzó el seguimiento[1]” de Cristo y del Evangelio, tras las huellas del Seráfico Padre.

La obra de Francisco, inspiradora durante ocho siglos de vida evangélica y promotora de un mundo en paz y reconciliado con toda la obra de la creación, presente en los institutos de inspiración franciscana y en los seglares que se acercan a nuestros conventos y parroquias, vive este año de gracia como una oportunidad de renovar el gran legado del pobrecillo de Asís.

Los grupos de espiritualidad franciscana, de la parroquia San Luís de Tolosa, concientes de su vinculación espiritual y jurídica al carisma franciscano, desean profundizar en el estilo de vida al que pertenecen y del cual desconocen en su gran mayoría. Muchos de los miembros de la OFS (Orden Franciscana Seglar) JUFRA (Juventud Franciscana) MI (Misión de la Inmaculada) y otros, afines al carisma, vinculados por afecto a San Francisco, desean conocer mejor a lo que afectivamente se han unido.


Antecedentes:

Después del Concilio Vaticano II, en donde se pidió renovación de las comunidades religiosas y sus agregados seglares, en la orden franciscana se ha visto la necesidad de adelantar trabajos de investigación, sensibilización y profundización en los fundamentos del carisma franciscano y su aporte a la vida eclesial y al mundo.

La conferencia de asistentes generales de la primera orden para la OFS y por ello de la JUFRA, es conciente de la necesidad de profundizar mutuamente en el conocimiento de la vida franciscana, “Se han dado y se están dando pasos muy importantes en la comunión vital recíproca entre la OFS y la Primera Orden y la TOR, y demás Congregaciones franciscanas. Señalo dos aspectos estructurales a nivel internacional: la Conferencia de la Familia Franciscana y la colaboración en “Franciscans International””[2].

En cuanto a la OFS, leemos en su Regla: “La Orden Franciscana Seglar se divide en Fraternidades, de diversos niveles o grados: local, regional, nacional e internacional. Cada una de estas Fraternidades tiene su propia personalidad moral en la Iglesia. Las Fraternidades se coordinan y unen entre sí, de acuerdo con lo que se establece en esta Regla y en las Constituciones”[3]. Así pues, la fraternidad local San Antonio de Padua, de la Parroquia San Luís de Tolosa, animada por la ministra local Hna. Guillermina Bermúdez, conciente de la realidad de esta fraternidad, desean aprovechar el marco del centenario de los orígenes para conocer mejor el carisma al cual se han vinculado desde hace varios años y del cual “nos falta mucho por conocer y no se puede amar lo que no se conoce”.

Con relación a los jóvenes, el Concilio Vaticano II ha hecho famosa la frase: “los jóvenes son la esperanza de la Iglesia”[4]. Al mismo tiempo, reconoce esta esperanza puesta en los jóvenes y recomienda muy encarecidamente a la Jerarquía la educación de los mismos y su preparación cristiana a través de la catequesis[5]. Por otra parte, subraya el “papel de extraordinaria importancia” que los jóvenes juegan en la sociedad actual, lo que “exige de ellos una análoga actividad apostólica, a la que dispone su misma índole natural”, siendo ellos mismos “los primeros e inmediatos apóstoles de los jóvenes, ejerciendo el apostolado entre sus compañeros, de acuerdo con el medio social en que viven”[6]. En esta tarea es importante el diálogo de los adultos con los jóvenes, como el mismo Decreto conciliar pide.

Por ese motivo la fraternidad ISISSA de la JUFRA Bogotá, conciente de su pertenencia directa a la OFS y por ella a la familia franciscana, desea profundizar en el carisma y la espiritualidad franciscana, para de este modo enriquecer la vida misma y aportar algo a la juventud del barrio.

Justificación:

Acogiendo los signos de los tiempos y la llamada del Concilio Vaticano II a la renovación de la Vida Religiosa, nuestra Orden inicia en los años setenta un camino de renovación, para poder responder a los nuevos y constantes desafíos y exigencias de la humanidad, por tanto, una vía para dar respuesta a estos desafíos y necesidades de nuestro contexto parroquial es la formación de los seglares, quienes se convierten en vehículo entre la primera Orden y la realidad familiar del sector.

Los seglares de la OFS y la JUFRA, por iniciativa propia y acogiendo su derecho legal por constituciones de las primeras ordenes, reclaman la formación necesaria para sus miembros, dado que “los religiosos de la primera orden estamos obligados a la asistencia de los seglares[7]”, por ese motivo, han solicitado a nuestra fraternidad, un espacio de formación de cara a la celebración del 29 de noviembre.

Lugar y población:

La fraternidad de la OFS y la JUFRA, se encuentra en los predios de la comunidad parroquial san Luís de Tolosa, que abarca el espacio territorial desde la calle 175 hasta Torca, entre las carreras séptima y novena.

La OFS está conformada por 19 hermanos y hermanas, en su gran mayoría personas mayores, de escasa formación y en condiciones de vida sencilla, algunos de ellos llevan mas de 12 años en la orden, pero hasta hace poco tiempo han comenzado a trabajar y estudiar su identidad como orden y, no como simple grupo parroquial, forma como han sido tratados hasta hace muy poco tiempo.

La fraternidad de ISISSA de la JUFRA está conformada por 16 jóvenes de diversas edades y condiciones económicas, académicas y realidades familiares muy particulares, los cuales se congregan desde hace 4 años, han ido trabajando su identidad como grupo de espiritualidad franciscana, en unidad con las demás fraternidades de la ciudad y del país, han contado con la asistencia de un fraile. Unidos con la OFS piden mayor atención en su formación, para celebrar como familia franciscana el centenario de nuestros orígenes.

Enfoque pedagógico:

El ser humano, como ser integral y situado en el mundo, contiene en sí una dimensión trascendente que le hace capaz de lo Otro[8] que le supera. Ante la importancia de tal dimensión, ésta no puede pasar desapercibida en todos los campos educativos y de manera especial en la educación informal que pueden brindar las comunidades religiosas y parroquiales. La espiritualidad franciscana, tan conocida y amada por la Iglesia católica y el cristianismo en general, se hace alternativa para formar en valores, en pro de la construcción de una mejor sociedad.

En este proyecto se tienen en cuenta el enfoque interestructuralista del conocimiento, “que se basa en los aportes de la epistemología genética, donde se considera que la adquisición del conocimiento no se encuentra, sólo en el sujeto o sólo en el objeto, sino en la interacción entre ambos. En esta situación el docente participa como facilitador o coordinador de los aprendizajes. Se destacan en este estilo las técnicas de grupos operativos, que propician grandemente la interacción, como recurso para el desarrollo de los procesos cognoscitivos y los procesos de socialización del conocimiento y del individuo”[9].

En este enfoque estudiante, maestro y mundo están en igualdad de condiciones, en donde cada uno interactúa. En este modelo es muy importante la sociedad y el individuo, porque cada uno tiene su responsabilidad y unos marcos de autonomía. El conocimiento es concebido como un proceso a través del cual interactúan sujeto y objeto, es decir, el individuo y su ambiente.

De esta forma, la teoría de Vigotsky, para el cual el ser humano se caracteriza por la sociabilidad primaria, es de utilidad para nuestra propuesta. Este postulado es clave para comprender el andamiaje teórico del autor, en tanto que tal sociabilidad es el punto de partida de las interacciones sociales que el sujeto entabla con el medio que lo rodea. “destaca que el proceso de desarrollo psicológico individual no es independiente o autónomo de los procesos socioculturales en general, ni de los procesos educacionales en particular[10]”.

La novedad del pensamiento vigotskyano reside en el hecho de que las funciones mentales superiores –desde la atención hasta el pensamiento conceptual- se construyen sobre la base de las interacciones sociales. En síntesis, se trata de pensar que la sociedad y la cultura son las que dirigen, moldean y superan pacientemente a lo largo de la historia la naturaleza humana[11].

Como vemos, factores de orden antropológico, social, psicológico, tienen incidencia en el desarrollo de la formación religiosa y por ende en la formación de una espiritualidad particular como es el franciscanismo, “entre los que se encuentra el deseo de identidad personal, el anhelo de una real participación dentro de las actividades de su contexto, la búsqueda de un sentido de pertenencia a una comunidad y el deseo de conseguir una integración entre el mundo exterior que quiere dominarlo y su mundo interior al que no quiere renunciar[12].

Propósitos:

La Orden Franciscana se encuentra viviendo en este año el VIII centenario de sus orígenes, motivo por el cual se quiere hacer memoria de sus recorrido histórico desde la mirada de San francisco de Asís, para renovar la vivencia del carisma en nuestro contexto actual. De igual manera intenta responder a las necesidades de los diversos grupos pastorales, que han manifestado su deseo de profundizar en el conocimiento de la vida, obra y espiritualidad de Francisco de Asís y el franciscanismo.

Con este proyecto se desea enriquecer, aportar nuevos conocimientos a las diferentes personas que conforman estos grupos pastorales, pero ante todo deseamos conocer la visión que ellos tienen del franciscanismo, la forma como lo viven y el aporte tan significativo que hacen a la Iglesia, con el fin de intentar responder a las necesidades manifestadas por ellos y profundizar de manera integra en la vivencia del carisma con sus respectivos pilares y elementos constitutivos del mismo.

Enriquecer mutuamente su identidad y espiritualidad a través de diversos encuentros formativos, para que la vivencia del carisma franciscano sea cada vez más autentico, eficaz y coherente con sus orígenes. Que esta forma de vida y espiritualidad cristiana sea condición de posibilidad por medio de su testimonio para el bien de la Orden y de toda la iglesia. En últimas el proyecto tiene la finalidad de celebrar el centenario de nuestros orígenes, compartiendo fraternalmente los elementos que constituyen nuestra identidad, de manera que compartiendo mutuamente la experiencia tenida en la cotidianidad lo podamos confrontar con los estudios que del mismo se han hecho y, de esta forma cualificar nuestra vivencia franciscana.


Objetivos

Objetivo general

Crear espacios propicios para profundizar en los elementos fundamentales del carisma franciscano, valiéndonos de herramientas pertinentes para que los grupos franciscanos de la OFS y JUFRA de la parroquia san Luís de Tolosa, logren comprometerse de palabra y de vida, desde la identidad franciscana, en la construcción del Reino de Dios entre los hombres y mujeres de nuestro tiempo.

Objetivos específicos

· Conocer, los fundamentos del carisma franciscano, para fortalecer y afianzar los grupos del carisma.

· Fortalecer la integración comunitaria en la experiencia del encuentro con el otro, por medio del compartir la vivencia de los elementos fundamentales del carisma franciscano.

· Crear espacios de reflexión, mediante talleres, cine foro y actividades pertinentes para una mayor apropiación de la temática propuesta.

· Comprometer a los grupos franciscanos en el apostolado y vida fraterna desde las características y pedagogías propias del carisma franciscano.
Diseño y programación.

Los temas que a continuación se presentan, responden de manera general a un intento de síntesis de los elementos constitutivos del carisma franciscano, presentados de forma tal que permitan el mutuo enriquecimiento, el conocimiento y asimilación de los mismos como un medio didáctico, que permita ser conducidos a una experiencia de fe y vivencia del carisma con mayor profundidad.

La presentación sigue el orden lógico de: Contextualización, vida del santo, elementos del carisma e importancia y actualidad del mismo. Se parte de un acercamiento a la realidad social, política y religiosa de la alta edad Media, para poder ubicar a Francisco como el hombre de su tiempo que responde a la intuición del Espíritu en un momento histórico de terminado. La biografía del santo nos permite vislumbrar la personalidad de Francisco como resultado de las experiencias personales. Las películas realizadas, por medio de una fotografía y escenografía muy realista, permiten asimilar mejor la contextualización hecha en la primera sesión y conocer la vida del santo al menos en sus aspectos más relevantes.

La presentación de los elementos constitutivos del carisma franciscano a partir de los escritos y biografías del santo, nos permiten encontrar en estos la respuesta evangélica a una realidad personal y social vivida por el pobre de Asís, que se fueron condensando y madurando hasta formar una forma particular de seguir a Cristo en su iglesia, los cuales siguen vigentes en nuestro tiempo. Y han de ser releídos y actualizados a la luz de los nuevos tiempos. Se concluye este itinerario formativo, con la celebración festiva que la iglesia universal tributa a un hombre que encarnó el evangelio y sigue animando a la comunidad creyente después de ochocientos años.


Objetivos

Tema

Medios

Tiempo

Producto

Fecha
Conocer la realidad en la cual vivió Francisco de Asís.
Contexto social, político, religioso de finales del siglo XXII e inicios del siglo XIII.

Charla, taller, diálogo.

2 horas.
Breve escrito comparando la realidad medieval y la nuestra.

15 de agosto de 2009.
Fray Sidifredo
Conocer la vida de Francisco visualizando los paisajes y contextos en los que habitó y desarrollo su apostolado.


La vida de Francisco de Asís


Cine foro (película Francesco)


2 ½ horas.

Sencillo cuestionario para responder en casa.

22 de agosto de 2009
Fray Freddy





Comprender los momentos fundamentales de la vida de Francisco de Asís.

Generalidades: Encuentros que marcaron la conversión de Francisco de asís.

Conversatorio, preguntas, trabajo grupal. (cuáles son los momentos que marcan la vida y espiritualidad de Francisco)



2 horas


Síntesis grupal, puesta en común.


29 de agosto de 2009.
Fray Dayron
La Gruta (encuentro consigo mismo) El leproso (encuentro con los otros) Cristo de San Damián (encuentro con lo trascendente)


Charla expositiva y conversatorio.


2 horas


Compartir la propia experiencia en relación con lo expuesto.

5 de septiembre de 2009.
Fray Dayron



Apropiarse de los pilares centrales en los cuales se basa la vivencia de la espiritualidad franciscana.
Elementos del carisma franciscano: Minoridad,
Fraternidad.
Uso de medios audiovisuales y exponente.
Dialogo –preguntas –interacción.


2 horas

Elaboración de signo que represente la minoridad y la fraternidad.

5 de septiembre.
Padre Jorge Patermina

Elementos del carisma franciscano: Misión Contemplación


Conversatorio, trabajo en grupos – compartir.

2 horas


Conclusiones grupales.

12 de septiembre
Fray Luis Fernando Benitez
Aplicar la capacidad de análisis y argumentación de los momentos coyunturales de la vida y espiritualidad franciscana.

¿Cómo vivir el carisma franciscano hoy desde nuestra cotidianidad?


Trabajo en grupos y exposición de puntos de vista.


2 horas.

Breve oración de acción de gracias escrita.



19 de septiembre
Padre Jair

Compartir la experiencia franciscana de la contemplación y el departir fraterno.

La contemplación franciscana nace del compartir fraterno.

Momento de oración y ágape fraterno.

2 horas.





26 de septiembre
Fray Freddy, Fray Sidifredo y Fray Dayron
Celebrar litúrgicamente con la iglesia y la comunidad parroquial de la santidad de Francisco de Asís.

“De la formación a la celebración”.
Participación fraterna en las celebraciones litúrgicas del trancito y la solemnidad de san Francisco.



3 y 4 de octubre.


EVALUACION DEL PROYECTO:

Para evaluar la pertinencia y viabilidad del proyecto se tendrá en cuenta:

Participación e interés de los asistentes durante el desarrollo del mismo. (constancia para asistir a las sesiones programadas).

Encuesta a los participantes acerca de la utilidad de conocer o profundizar en estos temas para su vida diaria y su labor pastoral como seglares comprometidos.

Evaluación de parte nuestra después de cada sesión para buscar estrategias que dinamicen mejor el grupo o fomenten más la participación.

Al finalizar la ejecución del proyecto, evaluar con el párroco, la ministra local de la OFS y el coordinador de la JUFRA, acerca del aporte que deja la formación franciscana y la manera como se llevó a cabo la ejecución de dicho proyecto.













[1] Cf. CONGREGACIÓN PARA LOS INSTITUTOS DE VIDA CONSAGRADA Y LAS SOCIEDADES DE VIDA APOSTÓLICA, Caminar desde Cristo, n. 22, Roma 2002.
[2] Fr. Valentín Redondo – OFMConv.
[3] Regla OFS, 20.
[4] Gravissimum Educationis (GE), 2.
[5] Cf. Christus Dominus, 14.30; Presbyterorum Ordinis, 6; GE 2.
[6] Apostolicam Actuositatem (= AA), 12.
[7] Cf. REDONDO Valentín. La asistencia general a la OFS.
[8] Lo “Otro”: en el contexto teológico se refiere a la experiencia relacional con lo divino, en nuestro caso particular, es el encuentro con el Dios revelado en Jesucristo.
[9] Cf. http://sicudd.uach.mx/archivos/m2_estilos_de_docencia.doc
[10] Cf. COLL, Cesar. Desarrollo psicológico y educación. 2006. p. 229.
[11] Cf. Ibíd. 228-230.
[12] Cf. Ministerio de Educación Nacional. Educación Religiosa: Lineamientos Curriculares. Bogota; 2000. p. 14.